Este sistema implica la perforación de pozos profundos en el suelo, generalmente a profundidades de hasta 180 metros. La geotermia vertical es adecuada para áreas con espacio limitado en la superficie y proporciona una alta eficiencia energética debido a las temperaturas más constantes a profundidades mayores.
En este sistema, se instalan tuberías horizontales enterradas menos profundidad, generalmente entre 0,8 y 1 metros bajo la superficie. La red de tuberías se extiende sobre una gran área en el suelo, a menudo en forma de bucles o serpentinas, y se cubre con tierra nuevamente.
Este sistema utiliza agua subterránea directamente de un pozo geotérmico para la calefacción o la refrigeración, sin intercambiadores de calor adicionales. La geotermia abierta es eficiente pero requiere permisos y regulaciones específicas para garantizar la sostenibilidad y la protección del medio ambiente.
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